Uno de los secretos de la longevidad y de una vida plena y de calidad es un sistema musculoesquelético sano. Su eslabón más débil son las articulaciones y los ligamentos, pero gracias a ellos las personas tienen flexibilidad y movilidad. Unos huesos fuertes, un movimiento indoloro de las articulaciones y una marcha fácil nos permiten sentirnos activos y seguros de nosotros mismos.
Por desgracia, a medida que envejecemos aparecen diversas patologías como la osteoporosis, la artritis y la artrosis, la bursitis y la sinovitis. Incluso a una edad temprana, las personas de riesgo (deportistas, bailarines, levantadores de pesas, etc.) pueden sufrir procesos distróficos en las articulaciones. El cartílago se destruye como consecuencia de los movimientos repetitivos y monótonos asociados a las actividades laborales o en atletas que practican deportes de resistencia con cargas inadecuadas. El adelgazamiento de la capa cartilaginosa provoca lesiones óseas y causa problemas musculoesqueléticos: es difícil sentarse o levantarse, duelen las articulaciones de brazos y piernas. Gracias a los importantes avances de la medicina actual, los médicos pueden ayudar a las articulaciones con muchos problemas, pero debemos recordar que la prevención es un eslabón importante para prolongar la salud. Está en nuestra mano retrasar los efectos negativos del daño articular y preservar nuestra calidad de vida durante años.